sábado, 13 de septiembre de 2014

Te irás



Los colores se desvanecen y aparecerá el lado oculto de su vida. En blanco y negro. La música te llevará entonces hasta el horizonte, allí donde el mar deja de ser azul y se torna oscuro, en el mismo instante en el que aparecerá el sol, tal vez mañana, y la música brinque por los arreboles hasta lograr que la luz bañe todos los rincones de su vida.



Te irás. Y todo tu tiempo me habrá sido breve. Y recorreré tus estancias vacías, buscando tu voz. Y trataré de apresar en mis manos el aire que has respirado. Los olores que me acercaban a ti. Pero tú te habrás ido. Y guardaremos en cajas de cartón lo que ha sido tu vida. Encartonando todos tus recuerdos. Y toda tu simetría menuda de rosario y pena. Pequeños cuadros de tus seres queridos. Pequeños cuadros de cuantas ausencias has ido conservado vivas en fotografías, compañeras de tus soledades todas. Te irás. Y miraré las paredes vestidas de la nada. Y abriré los armarios donde aún estará tu ropa, que acercaré a mí para besar todo tu abandono de mi lado. Te irás un día, y me quedaré añorando todos los instantes no vividos junto a ti, y te llevarás cuanto de liviano tuvo tu cuerpo frágil. Y tu gesto siempre serio, donde tan difícil resultaba sacar una sonrisa. Y tu mirada llena de interrogantes, plegadas entre las arrugas de tu edad. Y todo el tiempo ido me abordará de nuevo, para traerme mis primeros años infantiles. Y tú mimo. Y tú cuido. Todo tu amor de madre privándote de mí. Desconociéndonos. Y será entonces cuando quiera invertir las agujas del reloj, para juntar tus manos con las mías y sentir su penúltimo calor. Y eternizarme en tu mirada, pequeña y honda. En tus ojos, huidos en el mismo tiempo desvivido, recorriendo uno a uno los surcos de tu llanto. Y acariciarme con tus dedos y con la suavidad de tu piel. Y besarte, por todo cuanto no supe besar. Y quererte, por todo cuanto no supe querer. Será entonces cuando me abrace a la angustia de tu cuerpo. Tan callado. Cuando caiga el último grano de arena en el reloj y no haya más instantes donde vivir nuestros desencuentros.

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